No todos los clásicos de la literatura rusa son novelas psicológicas o profundas disquisiciones sobre el alma humana. Hay personajes, como los salidos de la pluma de Ilf y Petrov, que son ya parte de la cultura rusa como lo son de la nuestra el Quijote o el Lazarillo.
Si todavía no has descubierto El becerro de oro o Las doce sillas solo tenemos que decirte una cosa: te morirás de risa.
Todas las personas que se educaron en al Unión Soviética conocen las andanzas de este "gran trapicheoso", o великий комбинатор, Óstap Bender, por las películas soviéticas. También hay una película cubana, de Tomás Gutiérrez Alea.
Todas las personas que se educaron en al Unión Soviética conocen las andanzas de este "gran trapicheoso", o великий комбинатор, Óstap Bender, por las películas soviéticas. También hay una película cubana, de Tomás Gutiérrez Alea.